Uno de los mayores ejercicios de nuestra libertad es decidir que requerimos apoyo psicoterapéutico en determinado momento de nuestra vida. Somos libres al sentir la necesidad de este acompañamiento y más aún, somos libres de contactar con el profesional que mas nos motive a iniciar este proceso.
Dentro del privado -éticamente sagrado – espacio de la consulta , sea ésta on Line o presencial, somos libres de exponer nuestros conflictos pues como bien se dice, la libertad se tiene cuando se pierde el miedo.
En este nuestro íntimo encuentro con nosotros mismos , nos sentimos valientes para decir en voz alta lo que nos angustia , lo que nos preocupa, hablamos de todo aquellos que nos causa ansiedad o tristeza, ira o alegrías ,compartimos nuestros éxitos , logros, ponemos parte de nuestra vida al descubierto del otro – el terapeuta- quien, sin juzgar ni etiquetar, sirve de espejo a nuestra revelación y favorece en nosotros esa introspección minuciosa que ha de llevarnos a la solución, a la libertad, a quitarnos ese peso de encima.
El espacio que compartimos con el psicoterapeuta es un espacio seguro, confiable , privado y allí somos primariamente libres de ser como somos
y comenzar a entender cuáles de nuestras ideas o comportamientos nos han de llevar a encontrar salidas fructíferas a la situacion que nos aqueja.
Ser libre es un derecho y como tal implica compromiso y responsabilidad en su ejercicio.
La libertad es posible en el ejercicio de la misma y nos la otorgamos por derecho de existencia.
La libertad es entonces una creación de lo mejor de cada persona y en este privado y confidencial espacio psicoterapéutico, nos resulta más fácil sentirnos verdaderamente libres, pues nos despojamos de máscaras y atavismos para elegir , entre varias opciones que se nos plantean como posibles,las más favorables para nuestra paz interior .
Sin pretender ir más allá en estos profundos temas filosóficos podemos resumir que la libertad nace del ejercicio de la misma, del poder y esfuerzo que yo como persona pongo en lograr mis objetivos, seguir adelante sin depender, dirigir mi vida a lo más alto y digno, entendiendo mis particulares circunstancias de ser-en-el-mundo e interviniendo en las mismas para que se modifiquen a mi favor con un fin ético loable.
Para sentirnos libres , ese espacio de diatriba psicológica , de intercambio de ideas , de análisis de opciones resulta más que adecuado.
El psicoterapeuta nos acompaña en esa búsqueda de respuestas, clarifica opciones, alerta sobre posibles variables intervinientes , nos alienta a seguir persiguiendo nuestro crecimiento personal y autorrealización.
No hay barreras si yo me siento con la fuerza de poder elegir y de eso se trata la libertad .
Cierro este artículo con una frase de M. Ghandi “ La libertad no es digna de tener si no incluye la posibilidad de cometer errores”.
Demandemos pues nuestro derecho a ser libres con el compromiso y responsabilidad que ello conlleva.
coralcamargo @gmail.com
coral@tucoachin.org
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