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El equilibrio emocional en las personas con TDAH

Lic. Rosario de Martín

 

El mes de marzo de 2023 ha sido elegido por el equipo de profesionales que participamos en tucoaching.org para tratar el tema “equilibrio” visto desde las diferentes perspectivas de acuerdo a la experticia de cada uno de nosotros.  Mi punto de vista tiene que ver con las personas que tienen la condición de Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.

 

Al trabajar como tutora con adolescentes y adultos jóvenes que tienen esta tríada de características: dificultad en prestar atención, hiperactividad e impulsividad acostumbro tener un punto de referencia que podamos entender y compartir para “hablar el mismo idioma”, generalmente uso el diccionario para definir las palabras claves que utilizamos.

En este caso, el diccionario indica que “equilibrio” es el estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto por lo que se contrarrestan o anulan. Un sinónimo de equilibrio es estabilidad y otra muy asociada al equilibrio es la armonía.

Otra palabra muy asociada al equilibrio es la acrobacia, que gráficamente muestra las posturas físicas o situaciones emocionales que se realizan para buscar el equilibrio ya sea la postura inicial o una nueva que ofrezca estabilidad.

Con lo anterior como base, se puede construir una definición del equilibrio mental y emocional de una persona como el estado de armonía, calma y bienestar que se establece al manejar las vicisitudes de la vida.

Cuando se habla de equilibrio emocional se dice que las actitudes como mesura, sensatez, cordura y ecuanimidad se consideran las formas de actuar que llevan al equilibrio emocional.

Esas actitudes generalmente no son innatas, se aprenden a lo largo de la vida y mientras más temprano se adquiera ese aprendizaje, mejor para la persona.

Por lo que es pertinente decir que, para conseguir equilibrio emocional está hay que tener la capacidad y forma de aceptar y manejar las emociones así como de recuperarse de situaciones desagradables o traumáticas que ocurren en nuestras vidas.

 

Luego de este preámbulo que es común y válido para todas las personas, paso a plantear y responder la pregunta que dio origen a este artículo:

¿Cómo es para una persona con la condición Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) tener equilibrio emocional?

Sabiendo que el TDAH es un trastorno crónico que afecta a nivel mundial entre el 3,5 a 7 % de los niños, un 70% de ellos en la adolescencia continúa presentando dificultadas y un 60% de esos jóvenes al llegar a la edad adulta mantienen las dificultades y problemas causados por la condición el panorama de vida de estas personas dependerá del manejo de la condición. 

Insisto en mencionar que las conductas observables del TDAH son dificultad para prestar atención, hiperactividad e impulsividad y que las consecuencias tienen repercusiones en el área personal, social y de estudio o trabajo, debido a lo cual  que es de suponer que sea difícil tener equilibrio emocional si no hay entendimiento del propio proceso de su cerebro ya que en las personas con TDAH el funcionamiento de su cerebro está caracterizado por un “desbalance o desequilibrio” de los neurotransmisores que le dan esas características antes señaladas.

 

Estos neurotransmisores  (sustancias químicas) hacen posible la transmisión de estímulos en las neuronas  y permiten acciones tales como la planificación, establecimiento de metas u objetivos, toma de decisiones, aprender de los errores, organización personal, memoria de corto, mediano y largo plazo, así como lograr iniciar, mantenerse en una actividad y culminarla, inhibir respuestas ante algunos estímulos y tener flexibilidad cognitiva, entre otros,  al haber un desequilibrio estas funciones ejecutivas se ven muy entorpecidas o no se logran realizar.

 

Según lo anterior, de entrada, las personas con TDAH tienen condiciones internas que le dificultan ese estado de armonía, calma y bienestar pues su cerebro no está en equilibrio y al estar sometidos a la sociedad con sus reglas y normas (fuerzas externas) su estado emocional se balancea entre lo que su cerebro indica y lo que “se supone” debe hacer, generándole ansiedad, frustración, tristeza y malestar. 

Volviendo a esa definición de librito, “equilibrio” como “el estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto por lo que se contrarrestan o anulan” constatamos que en ellos hay muchas más de dos fuerzas las cuales no son de la misma intensidad y generalmente no se anulan por sí solas, por lo que conseguir ese “equilibrio” es complicado.

 

Debido a esta causa, los especialistas en el tema, profesionales de salud mental, psicólogos, educadores, neurocientíficos y psiquiatras entre otros concuerdan en que, el TDAH al ser detectado, diagnosticado y tratado de forma multimodal o multidisciplinaria desde la niñez tiene mejor pronóstico de conseguir equilibrio emocional que aquel que no sabe que tiene la condición TDAH o el que sabiéndolo no tiene un método para manejarlo.

Allí radica la importancia de comenzar desde niño (si es detectado en los primeros años de escuela mejor) el tratamiento con los diferentes especialistas lo que le permitirá  adquirir el conocimiento del TDAH y cómo se manifiesta en sí mismo, aprenderá y aplicará herramientas que le permitirá minimizar las perturbaciones causadas por las fallas en las funciones ejecutivas.

 

Paralelamente podrá identificar sus propias fortalezas y debilidades de forma natural y orgánica y al estructurarle el ambiente o entorno (desde su familia, profesional tratante, escuela, etc.) conseguirá establecer rutinas y hábitos favorables para contrarrestar las dificultades que se le presentarán en su camino.

De la misma manera este niño transitará por la etapa escolar, que es muy compleja, aprendiendo pautas de autoconocimiento, autoconfianza logrando construir una sana autoestima para que al llegar a la adolescencia haya comprendido su propio proceso mental.

Esto es muy importante pues le permitirá reforzar sus potencialidades y sobresalir en su área de competencia y tolerar sus fallos afianzándose en una autoestima positiva y también identificar las conductas de riesgo a las que en esa etapa estará sometido.

Los jóvenes que han seguido un tratamiento multifactorial continuado en el tiempo están mejor preparados para recorrer esta etapa con bienestar y equilibrio emocional que los que no lo han hecho.  En algunas ocasiones (como en cualquier otra persona sin TDAH) ese equilibrio se tambalea o se pierde, sin embargo se puede retomar con facilidad ya que aprendieron a manejar sus emociones, reflexionar sobre lo que les pasa y superar circunstancias adversas.

 

Al llegar a adultos con toda esa experiencia internalizada podrán conocerse y entenderse mejor, tener buenas relaciones familiares, sociales y de trabajo donde la estabilidad, bienestar y equilibrio emocional estén presentes.

En este punto se preguntarán cómo puedo hablar con tanta certeza, pues les respondo que los estudios estadísticos longitudinales así lo muestran y que mi experiencia de muchos años trabajando con adolescentes, adultos jóvenes y sus familias me han permitido extender mi contactos con ellos luego de terminar nuestra relación de trabajo y me permiten ver su evolución personal a lo largo del tiempo constatando sus logros, éxitos y superando sus fallos.

Concluyo diciéndoles que, el equilibrio emocional de las personas con TDAH se construye día a día de la mano de profesionales que manejen el tema y que mientras más pronto se comience más fácil será convertir las experiencias desagradables en acrobacias para conseguirlo.

 

“La condición TDAH no se elimina, se maneja con éxito”

 

En el equipo de tucoaching.org hay profesionales de salud mental y apoyo en diferentes áreas de trabajo o estudio que pueden ayudarles. Aquí estamos para servirles.

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